Cuando perros y gatos comparten casa, no faltan las sorpresas. Sus comportamientos suelen ser opuestos, pero es precisamente eso lo que los hace tan fascinantes. Aquí hay 10 situaciones cotidianas en las que uno mira al otro con ojos llenos de asombro:
1. El perro corre hacia la puerta en cuanto suena el timbre
¿El gato? Desaparece debajo de la cama.
2. El gato salta por todas partes con gracia
El perro lo mira como si fuera Spider-Man.
3. El perro ladra por todo
El gato comunica con una mirada juzgadora.
4. El gato se limpia solo de forma obsesiva
El perro se revuelca en cosas indecentes.
5. El perro sigue al dueño a todas partes
¿El gato? Solo lo hace si hay comida.
6. El gato usa la caja de arena con precisión quirúrgica
El perro hace pipí por ahí si está demasiado feliz.
7. El perro trae juguetes de regalo
El gato te deja "sorpresas" vivas o medio vivas.
8. El gato duerme en lo alto
El perro como mucho salta al sofá.
9. El perro se emociona por un paseo
El gato ni siquiera sale bajo amenaza.
10. El gato ignora las órdenes
El perro los hace por amor (y premios).
A pesar de las diferencias, pueden desarrollar una complicidad única. ¿La clave? Paciencia, respeto por los espacios y... algunos snacks compartidos.